pero como todo, con final.
Mi amor por ti fue fugaz, pero a precio de eternidad,
porque sin dudar,
honestamente te amé,
y todavía te siento cerca, pero te deseo lejos.
Me pregunté mil veces en qué fallé,
y sin respuesta, te lloré,
te lloré, hasta que entendí que no te lloraba a ti,
sino a nuestros recuerdos.
Pero cariño, no lo mal interpretes.
Ha pasado un tiempo desde que supe que me perderías,
y el pensarte algunas noches, solo me recuerda vagamente,
que alguna vez fuiste importante para mí.
Tus ojos siempre fueron dagas dispuestas a atravesarme,
a desgarrarme,
pero tarde en entenderlo.
Tu amor no fue amor,
y a pesar de que fallaste mil veces,
mil veces te amé,
te perdoné,
¡vamos cariño!,
miénteme otra vez.
Llévate tu miseria,
vete y espero ya hayas olvidado todo,
porque no habrá vuelta atrás,
ni en esta, ni en mil vidas más.
―Nakamura Ryu.